Marchan en Manhattan por el fin de la “Guerra contra las drogas”

Nueva York recibió este lunes la Caravana por la Paz, Vida y Justicia a través de la cual decenas de familias víctimas de la guerra al narcotráfico en Centroamérica, México y Estados Unidos pidieron el fin de la guerra contra las drogas y los encarcelamientos masivos. Grupos comunitarios locales se sumaron para dar la bienvenida a los manifestantes en Foley Square. La demostración se llevó a cabo antes de la sesión especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre Drogas (UNGASS). Con cartel en mano, la mexicana María Herrera, denunció que cuatro de sus ocho hijos han desaparecido. “Quién nos está arrebatando a nuestros seres queridos es el Estado”. Herrera dijo que no hay lugar seguro México, turístico o residencial. Sin embargo, dice que el miedo no la va a callar. “Es más grande el amor a mis hijos. Quiero encontrarlos, quiero saber donde están, tengo derecho a la verdad ya que la justicia está muy lejos de llegar”.

De su lado, Amaya Ordorika Imaz, investigadora en políticas de drogas y derechos humanos en la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de Derechos Humanos, indicó: “Ha sido una experiencia muy fructífera en la que hemos visitado comunidades y pueblos radicalmente distintos que están viviendo los mismos dolores y los mismos agravios causados por una política que se viene implementando desde Estados Unidos”. Miriam Miranda, Coordinadora General de la Organización Fraternal Negra Hondureña dijo: “Ya no puede seguir sacrificando el gobierno de Estados Unidos presupuesto de lo que debería ser para el pueblo estadounidense para financiar y darle mucho dinero a ejércitos de otro países que al fin de cuenta tambien estan participando en lo que es el narcotráfico”.

“Denunciamos los múltiples daños que causa la guerra contra las drogas”, agregó el coordinador de la caravana, Ted Lewis, que indicó que “las organizaciones criminales están corrompiendo a oficiales y gobiernos tras 50 años de prohibiciones”. La Caravana por la Paz comenzó en Tegucigalpa, Honduras a finales de marzo, y desde entonces han recorrido El Salvador, Guatemala, México y ahora la Gran Manzana.